A medida que la pandemia se modifica, en algunos casos remitiendo, y en otros mutando, algunos países reabren sus actividades, y otros han comenzado a autorizar la desaparición de la mascarilla en los espacios públicos siempre que se guarde cierta distancia. Algunos de los principales expertos en la propagación del virus consideran que esto no es recomendable.
Estas pautas cambiantes pueden sembrar confusión entre el público sobre la utilidad de las mascarillas. Tanto los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), de Estados Unidos, como para la Organización Mundial de la Salud el uso de las mascarillas para el público en general sigue siendo necesario.
En las áreas donde el virus circula, independientemente de si es un cuarto cerrado, o un espacio al aire libre, se debe usar mascarillas siempre que el entorno esté concurrido, y donde no se pueda estar al menos a 1 metro de otras personas. Los eventos públicos, por mucho que sean al aire libre, no garantizan esta separación y el virus ha probado ser transmitido por aire.
La vacunación no es en este momento la mejor garantía contra el contagio, pues las nuevas variantes, y otras que puedan surgir en el futuro, pueden modificar el efecto de las vacunas de uno muy efectivo, a uno mucho más moderado. Además, no siempre es fácil determinar la calidad de la ventilación, que depende de la tasa de cambio de aire, recirculación, y aire fresco exterior.
Entonces, si tiene alguna duda, es más seguro simplemente usar una mascarilla. Los expertos en salud dicen que la evidencia es clara en cuanto a que las mascarillas pueden ayudar a prevenir la propagación de la COVID-19, y que cuantas más personas usen mascarillas mejor.
Un número creciente de estudios, como los que pueden observarse en la tabla 1, ha proporcionado evidencia convincente de que las políticas universales de uso obligatorio de mascarillas han logrado reducciones considerables en la tasa de infecciones y muertes. Estos estudios no distinguen los tipos de mascarillas, ya sean de tela, quirúrgicas, o KN95, utilizadas en la comunidad. Solo prueban que su utilidad está fuera de toda duda.
En este contexto es toda una suerte que la producción de mascarillas no se haya detenido, y que múltiples empresas vinculadas a la producción textil como Grupo Karim’s, continúen con la producción y venta de tan útil escudo contra el virus.
Las ventajas del uso de mascarillas que no debes olvidar
Como primer y especial punto, las mascarillas protegen a otras personas además de a ti. La forma principal en que se propaga el coronavirus es de persona a persona por las gotitas respiratorias que se producen cuando una persona infectada tose, estornuda o habla. Sin embargo, las mascarillas pueden bloquear estas gotas. Actúan como una barrera para evitar que las partículas que contienen virus escapen de un individuo infectado y caigan sobre otra persona.
La mascarilla es una ventaja también cuando puede que no estés al tanto de que portas el virus. Al inicio las mascarillas se recomendaban solo para personas que sabían que padecían COVID-19, como una forma de proteger a los demás. Sin embargo, cuando se hizo evidente que el virus puede ser transmitido por personas que nunca desarrollan los síntomas, se ampliaron las pautas, instando a que todos se cubran con una mascarilla.
Muchos pensaron que con las vacunas el problema estaría resuelto en un instante. Las variantes que están apareciendo, así como la falta de una vacuna y terapias farmacológicas 100% efectivas para tratar a todas las personas enfermas de COVID-19, hacen que las medidas preventivas que se consideraban demasiado “simples”, como el lavado de manos, el distanciamiento físico, o el uso de mascarillas, sigan siendo las estrategias más efectivas para mantenerse a salvo del virus.
Es importante entonces que recuerde que un número creciente de estudios aún apunta hacia las mascarillas como una herramienta poderosa, que puede ayudar a controlar la propagación del virus que ha sido responsable de más de 3 millones de muertes en todo el mundo.