En el mundo siempre existe una demanda de personas que puedan ayudar a cerrar la brecha de comunicación entre dos o más culturas, ya sea por razones educativas o comerciales. En términos educativos, la oportunidad y los recursos para aprender un idioma extranjero están disponibles mucho más fácilmente hoy que en el pasado.
Y en términos comerciales, industrias como la de el outsourcing o el nearshoring han crecido a una velocidad impresionante durante más de una generación. Cuando se habla del crecimiento de algunas de las naciones en vías de desarrollo, el idioma inglés tiene un impacto gigantesco.
El resultado detrás de la enseñanza del inglés como segunda lengua en áreas de bajos ingresos suele ser muy positivo. En 2011, el British Council identificó cuatro beneficios del idioma inglés, destacando el hecho de que mejora la empleabilidad, proporciona movilidad internacional, y es una clave para desbloquear oportunidades de desarrollo.
El idioma inglés representa para países como Honduras, Guatemala, Costa Rica, o El Salvador, la posibilidad de seguir dando pasos importantes en industrias que ya han dinamizado sus economías, como el BPO e ITO dentro del marco del citado nearshoring.
Tanto empresas privadas, como gobiernos locales, han invertido en una mayor calificación de sus trabajadores en referencia al idioma inglés y otras competencias, así como en infraestructuras adecuadas que ofrezcan un destino atractivo a las empresas de la industria de la subcontratación de procesos comerciales.
Las múltiples ventajas de aprender inglés que se traducen en desarrollo
La principal ventaja de aprender un idioma extranjero, en este caso el inglés, el idioma de los negocios globales, y del mayor mercado del mundo, es que dominarlo contribuye a crear numerosas oportunidades laborales. Dominar este idioma proporciona a la población una ventaja sobre los candidatos monolingües en entrevistas de trabajo y otros procesos de selección.
En un mundo interconectado, la demanda de profesionales que puedan comunicarse de forma bilingüe o multilingüe está creciendo. El idioma inglés también tiene la capacidad de aumentar la movilidad internacional, ya que las personas con conocimientos de inglés pueden viajar a otros países con mayor facilidad, a través de becas de estudio en escuelas internacionales, u ofertas de trabajo en otros países.
Y quizá el principal impacto en las estructuras sociales de un país lo generan las oportunidades de desarrollo que conlleva el idioma. El inglés como clave para desbloquear oportunidades de desarrollo supone que gran parte de la información, la tecnología, y la investigación publicadas están en ese idioma, por lo tanto, adquirir habilidades en inglés puede otorgar acceso y comprensión a mucha de esa información.
¿Qué hacer una vez que la población domina el idioma inglés?
Para cambiar drásticamente la configuración social y económica de un país son necesarios por una parte el idioma, en este caso como competencia específica, y sobre todo, las infraestructuras adecuadas que ofrezcan un destino atractivo a las empresas que buscan mano de obra calificada para sus negocios.
Esa necesidad es suplida por empresas como GK, empresa líder en la manufactura textil y en la industria inmobiliaria, con presencia en países como Honduras, Guatemala, México, y los Estados Unidos. Con sus proyectos Altia Smart City en las ciudades de San Pedro Sula y Tegucigalpa, la empresa ha sido pionera en la atracción de negocios del sector ITO y BPO en Honduras, generando más de diez mil empleos dentro de sus dos proyectos en pocos años.
De acuerdo con distintas versiones del English Proficiency Index, los jóvenes en edad de trabajar de Honduras, Guatemala, o Costa Rica, tienen un dominio del idioma inglés como segunda lengua que va en ascenso. En ese sentido, atraer la inversión extranjera de los BPOs es una oportunidad inmensa, y una vez los países ponen la fuerza laboral calificada, las smart cities de GK ponen el espacio propicio para su crecimiento profesional.
Existen un promedio de 103 empresas de BPO que operan en Centroamérica. En Guatemala, esta industria aporta a la economía local cerca de $160 millones en empleos. En Honduras el sector ha creado más de 15,000 empleos directos. Una iniciativa lanzada en 2017 en ese país conocida como Plan Honduras 20/20, se planteó el reto de generar 51,000 empleos más en los próximos años.
Si se logra capacitar a más y más personas en el dominio del idioma inglés es evidente que su aplicación al trabajo de estas industrias proveerá una solución fantástica para el crecimiento económico regional en los años por venir.
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